Por Ángel Rodolfo Macías Cantos
A diario, la avenida Víctor Véliz en la parroquia Leónidas Proaño es testigo de un intenso tráfico vehicular, peatones en busca de productos y la animada música que emana de los diversos locales. Esta vía, que antes se limitaba a ser una arteria principal, ha florecido como un bullicioso jardín comercial, convirtiéndose en el epicentro de la actividad económica de la parroquia.
Desde la perspectiva de los residentes, algunos comparan su vitalidad con el recordado «Viejo Tarqui», la antigua zona cero del terremoto del 16A. Gabriel López, quien se dedica a la venta de productos de consumo masivo, recuerda como tuvo que pasar de administrar un cyber-papelería a vender alimentos por la baja demanda y venta en su negocio anterior.
«Desde la pandemia, las prioridades de las personas cambiaron. Dejaron de invertir tiempo en cibercafés o artículos escolares, centrándose en lo esencial: salud, medicamentos y alimentos. Me ajusté a esta nueva realidad, cambiando mi enfoque hacia la venta de alimentos, y afortunadamente, me fue bien, gracias a Dios”, relató López.
Nancy Bravo, residente de la parroquia, destaca el renacer comercial de la zona como si hubiera pasado de ser un desierto de opciones a un fértil jardín de oportunidades para realizar las compras del hogar.
«Hace unos años, en la parroquia solo había algunas tiendas que no ofrecían una variedad completa de productos, y para realizar las compras, era necesario desplazarse hasta Tarqui. Sin embargo, en la actualidad, se han multiplicado las opciones disponibles’’, destacó Bravo en medio de la tarea de realizar algunas compras esenciales para el hogar.
Este renacer comercial no solo ha impulsado la economía local, sino que también ha enriquecido la experiencia de compra de los residentes, transformando la avenida Víctor Véliz en un próspero punto de encuentro donde la comunidad converge para satisfacer sus necesidades cotidianas.