Por: Mero Zavala Nathaly Carolina
Residentes de la ciudadela La pradera recuerdan lo maravilloso que era abrir las ventanas e inhalar aire puro, lo que para ellos ahora quedo en el pasado y lo que hoy es un punto de contaminación ambiental. El tratamiento de aguas de una de las empresas atuneras más grande de la ciudad genera consecuencias en su entorno. Se emana día a día un olor poco agradable y pasa factura a los moradores del sitio.
María Vera ciudadana que reside cerca de la planta de Eurofish aseveró que la pestilencia parece eterna y se genera más que todo en horas de la tarde. “por mi mente pasó que el olor venia del baño de mi casa o la basura que aún no sacaba y pasando los días me di cuenta de que el repugnante olor venía de Eurofish “, puntualizó María.
En La Pradera están convencidos de que el descuido de las aguas o tratamiento en esa empresa ha disparado molestias en el diario vivir. La ciudadela está dividida en dos etapas y la segunda es la más afectada.
Los reclamos y los acuerdos que se dan entre el dirigente barrial y la empresa son constantes. “Estamos al deseo de un delicioso aroma natural y estamos viviendo una caótica situación sin solución “, agregó Carlos Tello dirigente barrial. Se dio a conocer por parte del comité del lugar los acuerdos que impone la empresa y los que deja en el olvido. Solo palabras que se lleva el viento. “Nos sentimos abandonados por parte de la municipalidad de la ciudad, ellos deberían ayudar, pero solo existimos cuando quieren nuestro voto”, recalcó Mariela Sánchez, moradora del sitio.