Por: Jacinta García Cevallos
En un rincón apartado del sector Santa Martha, una comunidad situada en el corazón del cantón de Manta, en la provincia de Manabí, el problema del abandono de perros ha surgido como una preocupante epidemia que afecta a personas de todos los estratos sociales y cruza las fronteras geográficas de la región.
Como una sombra oscura que apaga el brillo de la humanidad, esta problemática refleja la capacidad que puede tener la sociedad para cuidar a los más vulnerables.
«Cada vez se suman más perros abandonados en nuestro vecindario y resulta desgarrador verlos sufrir, buscando comida en la basura», admitió Martha Arturo con preocupación, mientras acariciaba a su pequeño cachorro, blanco como la espuma.
Por su parte Luis Galarza, morador del barrio, puntualizó las causas subyacentes del abandono de perros, citando problemas económicos, la falta de educación sobre el cuidado de mascotas y la irresponsabilidad de algunos dueños como factores clave. «Necesitamos educar a las personas sobre la importancia de la esterilización, la adopción responsable y el compromiso a largo plazo que implica tener una mascota», enfatizó con una voz clara y firme.
Como una cadena rota que resuena en el barrio, donde cada eslabón roto representa un acto de abandono, recuerdan que las acciones individuales tienen un impacto colectivo en la sociedad y en la vida de estos seres indefensos. Queda claro que el abandono de mascotas no es solo una cuestión de cuidado animal, sino un reflejo de la capacidad social para conectarse y mostrar compasión.