Por Janella Dolores Endara Viteri
Las calles de la ciudadela “Los Eléctricos” aún resuenan con el eco de maquinaria y obreros, dejando un eco persistente tras meses después del inicio de la obra. Los residentes esperan con ansias la finalización de la reconstrucción de las calles, ya que el ruido continuo y la constante actividad de las obras han perturbado su rutina diaria. En ocasiones, este constante trasiego y la renovación de las vías han generado inconvenientes significativos en la vida cotidiana de los habitantes, aumentando la tensión y la preocupación en la comunidad.
“El ruido de las obras y el polvo constante me genere un poco de estrés, debido a que todos los días tránsito por esta zona en la travesía de la llegada a la universidad. Esto se me dificulta en ocasiones por el constante inacceso de las calles al momento por la construcción que permanece desde hace unos meses”, explica Juan Enrique Cedeño Rivera estudiante de derecho mientras caminaba por el sector.

Genesis Zambrano, estudiante de psicología y residente de la zona, describe la preocupación que le genera transitar por las vías en construcción, no solo por la delincuencia y el posible acoso, sino también por la necesidad de avanzar más lentamente de lo habitual debido a la constante reconstrucción que se lleva a cabo.
La situación se convierte en un desafío diario para Genesis y otros moradores del lugar, debido a que la combinación del ruido constante de las maquinarias y la actividad frenética de los obreros genera un ambiente tenso y estresante. Esta realidad afecta no solo su seguridad física, sino también su bienestar emocional y mental.
“Las obras en la vía Ciudadela han sido una verdadera odisea para los residentes. Es más, en una ocasión he estado al borde de caer en uno de los numerosos huecos que surgen a lo largo del camino. Pareciera que esta interminable construcción no tiene fin», relata con preocupación Adrián Burgasi Cunalata, morador del sector.