Por: Juan Buri
En la vivienda de la familia Salazar, ubicada en Manta, en el barrio “El Palmar”, una mascota pasa al olvido, como un juguete desgastado, un perro de nombre “Oso” pasa días sin comer e incluso soporta las olas de calor sin agua.
“Mi mamá lo compró, pero debido a su trabajo tuvo que salir de la ciudad y Oso se quedó con mi hermana, a veces lo alimenta y otras veces no, debido a su vida maternal”, afirmó Andrés Salazar, hijo de Matilde, denotando tristeza en su rostro.
“Oso si se alimenta bien, pero son unos parásitos lo que no le permite engordar, ya le estamos haciendo un tratamiento, pero hasta el momento no engorda”, aseveró Carmen Salazar, hermana de Andrés, mientras acomodaba la ropa limpia.
“Oso tiene 15 años de edad y a pesar de su actual condición de salud, él se mantiene firme, mueve su cola para saludar y es cariñoso con los que llegan a visitarlo, con un pelaje amarillo, desgastado por el tinte de la vida”, acotó Salazar.