Por: Cobo Lascano Mayely
En Cuba, el centro de salud se convierte en un pozo sin fondo, por la falta de suministro de medicamentos que afecta vilmente a los pacientes que buscan alivio. Como un río en sequía, la medicación se ha vuelto un recurso escaso en este escenario, limitándose a lo esencial para atender las necesidades médicas.
Camillas, tanques de oxígeno, paracetamol y otros suministros básicos son los únicos recursos disponibles para tratar a los enfermos.“He estado aquí desde la mañana para que me puedan atender, ingreso al consultorio y no cuentan con ningún tipo de medicamentos que recetan, todo lo tengo que salir a comprar”, confesó María Cevallos mientras un silencio sinfónico se apoderaba del ambiente, reflejando así la desafiante realidad que enfrentan los pacientes que tienen que acudir a las farmacias en busca de sus medicamentos, mientras el reloj sigue marcando el ritmo de la vida.
Joaquín Alava, un adulto mayor de 65 años, quien vestía con un pantalón largo y camisa blanca, aseguró con frustación que los medicamentos los debe comprar y conseguir él mismo. “Ni porque soy de la tercera edad, me los dan”, aseveró mientras sujetaba con la mano su bastón y esperaba sentado los resultados de sus exámenes.
La cruda realidad que experimentan numerosos centros de salud en Manta, tiene un impacto considerable en la economía de los ciudadanos, ya que aumenta su carga financiera, apretándoles los bolsillos y volviéndose una amenaza latente para la salud pública en general.