Por: Mauricio Mendoza
Debajo de las calles del centro de Manta, fluyen ríos subterráneos que rara vez vemos pero que desempeñan un papel esencial en nuestra vida cotidiana. Estos ríos son las redes de alcantarillado sanitario, responsables de llevar las aguas residuales lejos de nuestras calles y hogares, salvaguardando la higiene y la salud pública. Sin embargo, como cualquier sistema envejecido, estas tuberías han llegado al final de su vida útil en muchos tramos de la ciudad, lo que ha desencadenado una transformación silenciosa.
La Alcaldía ciudadana con su plan Legado tiene como misión erradicar la contaminación mejorando las redes sanitarias y cambiando líneas que han cumplido su vida útil.
“El proceso de cambio de tuberías también puede ser visto como un símbolo de la inversión en un futuro sostenible. Las nuevas tuberías son más eficientes y resistentes, lo que reduce las pérdidas de agua y minimiza el impacto ambiental. De manera similar, nuestras decisiones y acciones en el presente deben orientarse hacia la sostenibilidad y la preservación del medio ambiente para las generaciones futuras “, admitió José Zambrano mientas estaba sentado en una banca leyendo el periódico.
“Este cambio de tuberías es un recordatorio de que la belleza yace tanto en la superficie como en lo profundo, bajo tierra, y que el cuidado de lo invisible a menudo es igual de importante que el cuidado de lo visible. Las ciudades están escribiendo una nueva historia a medida que modernizan sus redes de alcantarillado, transformando las sombras de la infraestructura en la luz de la regeneración urbana”, aclaró Xavier Salvatierra vendedor ambulante de helados.
Estos ríos subterráneos renovados son una metáfora de la resiliencia y la renovación, un recordatorio de que, al igual que nuestras ciudades, nosotros también debemos adaptarnos y evolucionar para prosperar en un mundo en constante cambio.