Por: Leonel Guerrero Párraga
En el corazón de Manta, se encuentra el Laboratorio Clínico “Ciencia y Fe”, ubicado en la calle 18 entre Av.27 y 28. Estos centros clínicos se erigen como orfebres modernos, hilando hilos de conocimiento en cada tubo de ensayo y microscopio. Como alquimistas contemporáneos, destilan la esencia de la información biomolecular para revelar los misterios ocultos de la salud humana.
Cada muestra de sangre se convierte en un poema líquido, donde las células narran su historia y los biomarcadores entonan la salud del cuerpo. “El lugar es accesible y cuenta con precios cómodos que se ajustan al bolsillo de la ciudadanía”, aseveró Maite Solórzano, habitante de Manta, mientras sobada su algodón con alcohol en la pinchada.
Cada equipo de laboratorio es un conjunto de músicos expertos, afinando sus instrumentos de pipetas y centrífugas para lograr una armonía perfecta. La calidad del ensayo clínico se convierte en la clave para una interpretación precisa. “La calidad y calidez humana es incomparable, lo recomiendo siempre. Su buena atención hace que siempre regrese aquí”, detalló Mariuxi Zambrano, mantense, a lo que se subía a su carro para ir a su hogar.
Una de las ventajas que tiene este laboratorio clínico es que está cerca del hospital “Rodríguez Zambrano”, y la afluencia de las personas es constante para realizarse diferentes pruebas que no existan en esa casa de salud.
Así, los laboratorios clínicos, en su constante búsqueda de la verdad biológica, componen la sinfonía de la salud, donde cada nota representa un avance en la comprensión de la anatomía invisible que gobierna nuestras vidas.