Por: Angie Nicole Intriago Delgado.
En la angosta carretera de “Estancia Vieja” vía Santa Ana, se encuentra el puesto de “Frutas La Estancia”, es el emprendimiento de Albertina Andrade una mujer negociante que, con el sudor de su frente y el gran esfuerzo de sus hijas armaron un puesto de frutas para poder llevar el pan a la mesa de su cálido hogar.
Alegría, amabilidad y buena atención forman parte de la personalidad de Andrade a la hora de atender. Vecinos de la zona son sus más fieles de los consumidores, ya que es el puesto de frutas más cercano en esta zona. “Siempre que compro frutas Albertina me regala unos guineos de más, es confiable comprarle porque se cómo es su huerto, las frutas siempre salen sanitas”, detalló Jacinto Mera vecino de Andrade ,mientras llevaba en sus manos una sandía.
Para Albertina no ha sido fácil se constante con su puesto ya que afirma tener días buenos y malos, sin embargo, sus hijas han sido su motor para no dejarse desmayar. “Vemos a mi mamá despertar con el sonar de los pájaros, alza las rejas, limpia un poco y empieza la venta, la vemos de sol a sol vender, cuando llegamos del colegio le ayudamos con entregas que tiene cerca del sector”, describió Ángeles Burgos, mientras envolvía entre fundas las frutas.
Los fines de semana son los que Andrade aprovecha ya que llegan clientes que dirigen su camino a los ríos del sitio y como si de miel se tratase, llegan clientes a probar frutas que brinda como abre boca para atraer clientela y tener más ventas.