Por : Angie Intriago
El natilla surge como un tesoro que espera ser desempolvado para aquellos que no han probado su sabor. Anabel Caicedo trae este delicioso manjar, por $1,50, desde calceta, lugar que la vio nacer, lo trae a la venta en Manta, para deleitar a más de un paladar. Anabel acoge este manjar como parte de su emprendimiento y sustento económico, ya que es una ayuda a su bolsillo.
Anabel tiene una extensa clientela, quienes están gustosos de pedir hasta 3 porciones y disfrutar cada pedazo del cómo un suspiro continuo, Hernán Espinoza, fiel comprador, detalla el explosivo sabor de los postres de natilla. “Llevo comprando dulce de natilla varias semanas, me hace recordar mi infancia porque los hacen como los hacía mi abuela, cuando los como recuerdo esos días de niño, aunque es un postre que otros dirían que es simple, para mí cada bocado se sienten como puntadas de amor”, describió Espinoza mientras guardaba las natillas.
Comparado a otros dulces, el natilla es un postre que lleva entre sus ingredientes tradición, es un tejido de dulzor que se desliza en cada paladar, Caicedo vende este postre con ayuda de su esposo Daniel Franco quien le ayuda con las entregas y es quien cuenta el mágico secreto para esta delicia de natilla. “Mi mamá tal y como le enseñó su mamá, sabe hacer el postre, como soy hijo único, mi mamá le enseñó a mi esposa, así hemos venido vendiendo y sacándonos de apuros con los postres que son muy solicitados y se vende como pan recién salido del horno”, acotó Franco mientras hacia las entregas de la semana.