Por: Shaila Casanova
El alcoholismo entre los jóvenes es un problema cada vez más apremiante, y detrás de las estadísticas, se encuentran historias personales que nos recuerdan la importancia de abordar este desafió de manera compasiva y efectiva.
Daniel Pérez, un joven de 22 años, cuya lucha contra el alcoholismo ilustra la cruda realidad que muchos enfrentan. Comenzó a consumir alcohol socialmente a una temprana edad, como una forma de encajar en su grupo de amigos. Lo que comenzó como una actividad aparentemente inofensiva se convertido rápidamente en una adicción que lo consumía.
“Al principio, parecía divertido, pero pronto me di cuenta de que no podía controlar mi consumo. El alcohol se había apoderado de mi vida”, enfatizó Daniel Pérez con un semblante de tristeza.
Las consecuencias del alcoholismo de Daniel fueron devastadoras. Su rendimiento académico se desplomó, perdió la relación con su familia y amigos, y su salud se deterioró rápidamente. Finalmente, tocó fondo cuando tuvo un accidente automovilístico relacionado con el alcohol, que podría haber tenido consecuencias fatales.
Manuel Pérez, padre del ya mencionado, señaló que sintió una gran alegría al ver que su hijo busco ayuda profesional y se unió a un grupo de recuperación. Fue un proceso difícil, pero gracias al apoyo de todos sus familiares logro salir de aquel infierno.