Por: Miguel Zambrano
En una esquina bulliciosa del barrio La Victoria de la parroquia Tarqui, la señora Cecilia Córdoba se destaca como una emprendedora ejemplar al frente de su pequeño puesto de asados de pollo. Su historia es un testimonio de perseverancia y habilidad para prosperar en medio de los desafíos económicos.
Doña Cecilia, de 50 años de edad, comenzó su negocio hace más de una década, cuando decidió transformar su pasión por la cocina en una oportunidad de ingresos. Con una modesta parrilla y un puñado de recetas familiares, inicio su andadura gastronómica en un modesto local.
“He tenido altibajos como todos, pero gracias a Dios y el apoyo de mi familia he salido adelante. En estos tiempos la economía puede ser impredecible, pero siempre busco la manera de adaptarme en lugar de rendirme”, aclaró Cecilia Córdoba con una sonrisa en su rostro.
Lo que comenzó como un pequeño emprendimiento, ha evolucionado hasta convertirse en popular punto de referencia local para aquellos que buscan sabrosos asados de pollo. Su dedicación y habilidad para ajustarse a las fluctuaciones económicas han sido fundamentales para su éxito económico.
Andrés Tuarez reveló de cómo ha sido testigo del crecimiento que ha ido teniendo el negocio de doña Cecilia con el pasar de los años. Además, añadió, que la calidad de los asados nunca ha cambiado, y siempre busca maneras de sorprender a sus clientes con ofertas.