Por: Leonel Guerrero Párraga
En el silencioso valle de la comunidad El Zapote, perteneciente a la parroquia Riochico zona rural del cantón Portoviejo, tiene un gran potencial agrícola. Uno de sus productos que más resalta, es el coco. Esta fruta afrodisiaca es exportada a diferentes partes del Ecuador, volviéndose así en su mayor fuente de trabajo.
“Tener sembríos de palmas de coco es un privilegio para nosotros como ruraleños, aparte es una fuente de trabajo que genera ingresos para las personas locales. Cada dos meses se acercan las personas que tienen la experticia para subirse a las palmas y así poder coger esta fruta”, afirmó José Ruíz, mientras caminaba revisando sus plantaciones, él es dueño de una finca de cocos.
El coco se convierte en una de las frutas más solicitadas por los turistas en las playas, dentro de estos balnearios de agua salada su precio oscila dentro de un dólar a dos dólares. “El coco aquí los compradores mayoristas lo compran a $0.45 centavos, claramente ellos son los que ganan más, el intermediario siempre ganara más que la persona que lo cosecha”, admitía Luis Catagua, cuando vertía líquidos para curar las palmas de coco.
Mientras María Carreño, se deleitaba con un buen coco y es que su rostro lo expresaba todo al momento de que el agua ingresaba a su paladar, ella asevera que, “a más de generar ingresos, estas plantas son una ayuda para el medio ambiente, así contrarrestamos la contaminación que estamos viviendo actualmente.”