Por: Frederic Caicedo
Hasta las entrañas del tiempo, donde las olas del océano besan la costa de Puerto López, se erige majestuoso el Museo de Agua Blanca en la provincia de Manabí, como un rayo que ilumina los secretos de la cultura ancestral manteña. Este santuario del pasado, ubicado en la encantadora comunidad de Agua Blanca, se erige como un tesoro arqueológico que despierta los susurros de las civilizaciones que han dejado su huella en estas tierras.
En el corazón de este museo, los vestigios de la cultura manteña danzan entre sombras y luz, como pájaros místicos que vuelan a través de los siglos. Las vitrinas se convierten en cápsulas del tiempo, resguardando en su interior piezas que narran historias olvidadas pero eternas. Cada artefacto es un poema silencioso, una metáfora esculpida en piedra y cerámica que nos susurra los rituales, las creencias y las hazañas de aquellos que caminan antes que nosotros.
Las figurillas ceremoniales, talladas con esmero, se yerguen como guardianes de la memoria, testigos mudos de antiguas alianzas y divinidades veneradas. Las vasijas de barro, con sus patrones intrincados, se convierten en lienzos que pintan la cotidianidad y los misterios de una sociedad que se encontraba en la tierra y el agua sus fuentes de vida y magia.
En este rincón del pasado, el Museo de Agua Blanca se erige como un puente entre generaciones, entre el palpitar de las olas y el eco de los antepasados. Cada paso es un viaje en el tiempo, donde el visitante se sumerge en la corriente de la historia, dejándose llevar por las aguas del conocimiento. “Soy de Esmeraldas, pero tener este tipo de museos en nuestro país es una fortuna, que nos ayuda a ver nuestras culturas y nuestras raíces”, señaló Olga Micolta turista esmeraldeña, mientras fotografiaba unas vasijas ancestrales.
“Es un tesoro tener este tipo de objetos y que sean exhibidos de esta manera, nos ayuda a conocer y ver de donde venimos, y lo importante de resaltar nuestra cultura”, enfatizó Juan Calderón con un rostro que expresaba admiración por las esculturas de barro.