Por: Samantha Loor
En un despliegue solidario que irradió como un rayo de luz en la oscuridad, una brigada médica se adentró en el corazón del barrio Santa Fe en la ciudad de Manta con la misión de sembrar salud entre sus habitantes. Los profesionales de la salud se convirtieron en heraldos de bienestar, navegando por callejones estrechos como navegantes de mares inexplorados.
“Ver la gratitud en los ojos de las personas al recibir sus medicamentos fue como presenciar la magia de la curación en tiempo real. Nos convertimos en facilitadores de un cambio tangible en la vida de la gente” agregó María López mientras atendía a uno de los pacientes.
Como si fueran alquimistas modernos, los integrantes de la brigada desplegaron su arsenal de curación: una farmacia ambulante que destilaba remedios como elixires mágicos. Las píldoras se convirtieron en amuletos capaces de transformar malestares en alivio, y las recetas se asemejaron a conjuros que conjuraban males lejanos
En este acto de amor por la salud ajena, la brigada médica no solo recetó medicinas, sino que sembró la semilla de una comunidad fortalecida como un faro en la tormenta, la presencia de estos profesionales de la salud iluminó un camino hacia un futuro más saludable y unidos por el lazo invisible de la compasión. “Estoy agradecida por su presencia y por devolvernos un poco de luz en momentos en que la vida parecía nublada. Son héroes sin capa, y nunca olvidaré lo que hicieron por nosotros”, argumentó Fernanda Castro cuando recibía sus medicamentos.