Por: Priscila Andrade
Diariamente en la parada de buses de la ciudadela Villa Marina en la vía Rocafuerte, hace presencia la inconciencia y el desorden, en forma de residuos contaminantes. Visualmente, es una ola de basura que involucra a todos los ciclos ambientales.
La importancia de contribuir al cambio ambiental viene desde la parte social, los habitantes y visitantes del sector son los responsables de proteger su espacio de convivencia.
“No hay día en que la parada de buses se vea o se sienta limpia y fresca, los estudiantes, mientras esperan el transporte consumen alimentos procedentes de envoltorios, que apenas se terminan, son botados por las escaleras del lugar”, aseveró Oscar López, habitante y dueño de la panadería “Tres Hermanos” en Villa Marina.
Se debe tener en cuenta que la contaminación es un mal hábito de vida, es como una tempestad que busca destruir el paisaje sin respetar la libertad ambiental.
Melba Ortiz, dueña de una tienda cerca de la parada de bus, aseguró que, constantemente la basura se acumula en medio de su espacio de trabajo, porque vuela hacía su horizonte. Día a día, ella se encarga de recoger la basura acumulada para tener mejor vista, pero la vecindad no colabora.
“La responsabilidad ambiental depende de nosotros como habitantes, sin embargo; es algo que no respetan aquellos que solo tiran la basura sin ver el daño que se ocasiona. Todos los días se encuentra basura que flota en medio del polvo, además, la maleza que crece en la parada de bus es otra problemática que tenemos como ciudadela”, añadió Ortiz, vecina cercana de la ciudadela.