En un rincón de la costa ecuatoriana, el terminal terrestre de Manta se convierte en un punto de partida y llegada, donde los viajeros se reúnen para emprender un camino que los lleva de vuelta a sus raíces. El feriado de los fieles difuntos se presenta como una ocasión especial para aquellos que desean rendir homenaje a sus seres queridos fallecidos y reencontrarse con sus familiares en un viaje de significado profundo.

Cada uno de los viajeros esperan su turno en la terminal acompañados de sus familias rodeados de sus maletas. «Esta es la oportunidad de poder viajar a descansar a la tierra de uno, dejando un poco el estrés del trabajo y también viajar para visitar a la familia», enfatizó Fernando López después de comprar sus pasajes para emprender su camino hacia Santa Ana, con el propósito principal de encontrar alivio en el lugar de origen y fortalecer los lazos familiares, añadió.
El bullicio del terminal en esta temporada es evidente, las boleterías de las cooperativas tienen filas de personas queriendo adquirir sus pasajes. «La mañana estuvo floja, pero en la tarde se comenzó a mover la venta de pasajes», recalcó Gema García despachadora de la cooperativa Flota Bolívar mientras imprimía los pasajes para una familia que viajaba a Calceta.

La escena en el terminal terrestre Luis Moran Valverde de la cuidad puerto muestra un ambiente que se desarrolla a medida que las horas avanzan. La gente se congrega, las maletas se apilan, y la emoción crece con cada anuncio de partida. Los destinos varían, pero todos comparten un propósito común, visitar a los fallecidos y abrazar a los vivos en un viaje que mezcla la nostalgia y la esperanza.
Durante el feriado se teje una red de historias personales y emociones, el flujo constante de personas, como un río que fluye hacia sus orígenes, representa la tradición arraigada de mantener vivos los recuerdos y la conexión con la familia y la tierra natal. Este es un viaje de reencuentro, un puente entre dos mundos, donde el pasado y el presente se entrelazan en cada abrazo y en cada visita a las tumbas de quienes ya descansan en paz.