Por, Cobo Lascano Mayely
En medio de risas y emociones en la feria de Manta, el juego mecánico “el barco”, se convirtió en el escenario de un inesperado drama, cuando una joven fue bajada en brazos, desmayada.
Como una hoja al viento, en medio de la algarabía de las atracciones, la joven se desplomó repentinamente, justo cuando el reloj marcaba las 22h30 y la inquietud se apoderó del grupo de amigos al percatarse de que su compañera yacía desmayada.
Pedro Mendoza visitante de la feria, aseguró que cuando ella se bajó del juego caminaba tambaleándose, pensaba que era debido al mareo, sin embargo la realidad fue otra, ya que cayó al suelo inesperadamente. “De inmediato tuve cargarla en los brazos como si fuera un bebé”, detalló Mendoza.
La joven, cuyo nombre se mantiene en anonimato, exhibía una palidez sobrecogedora, ojos cerrados y su cabello negro despeinado, mientras a su alrededor, espectadores formaban un círculo de incertidumbre.
Laura Fernández de 22 años, amiga de la chica, afirmó que todo era risa, hasta que de un momento a otro se comenzó a sentir mal. “El juego continuaba sin pausa y todos empezamos a experimentar un miedo compartido al verla así”, aseveró con un tono de voz que mostraba preocupación.
Después de recibir el apoyo de sus seres queridos, la joven se recuperó, como si el aire fresco fuera un bálsamo sanador, a su vez recibió una botella de agua y encontró un remanso de tranquilidad en medio del torbellino de festividades de la feria.
Este episodio inesperado sirvió como recordatorio de que, a pesar de la euforia de la feria, la precaución y el apoyo de amigos y desconocidos pueden convertirse en un faro de esperanza en momentos de crisis.