Por Jacinta Garcia Cevallos
En la intersección de la calle universitaria 2 y la avenida universitaria 4 en Manta, un pequeño parque con una pequeña cancha, se ha sumido en la oscuridad, generando preocupación entre los residentes locales. Este rincón que solía ser un espacio de recreación vibrante y activo, ahora se ve envuelto en sombras que oscurecen sus rincones, disuadiendo a los ciudadanos de disfrutar de sus instalaciones durante las horas nocturnas.
La ausencia de iluminación ha provocado inquietud entre los habitantes de la zona. Vecinos como María Fernández manifiestan su preocupación. «Antes este era un lugar donde las familias venían a disfrutar de las noches, pero ahora, la oscuridad lo ha vuelto inseguro», afirmó Fernández, residente del sector mientras sacaba a pasear a su mascota.
Esta falta de luz no solo afecta la percepción de seguridad, sino que también limita las actividades comunitarias que solían tener lugar en este espacio. La comunidad espera una pronta respuesta de las autoridades municipales para abordar el problema de la iluminación. La recuperación de este espacio no solo implica la instalación de luces, sino también la revitalización de un punto central para la vida comunitaria.
Carolina Vélez, residente cercana, aseguró que este parque solía ser el corazón de sus actividades nocturnas. “Devolverle la luz no solo iluminará el lugar, sino también la vida de cada uno de los moradores”, añadió Vélez.
La oscuridad que se cierne sobre el Parque Universitario en la calle universitaria 2 y la avenida universitaria 4 en Manta no solo es física, sino también simbólica. Esta falta de luz representa un desafío para la seguridad y la cohesión comunitaria, y la respuesta a este problema será un reflejo del compromiso de las autoridades locales con el bienestar de sus ciudadanos.