Por, Jacinta García Cevallos
En una manifestación sin precedentes, los residentes de Paján salieron a las calles en una marcha pacífica para expresar su creciente incomodidad por el estado crítico de las vías locales. Esta protesta, que contó con la participación de cooperativas de taxis y diversos sectores de la comunidad, se convirtió en un llamado colectivo a las autoridades para abordar de manera efectiva la problemática infraestructura vial que ha afectado significativamente la calidad de vida en la región.
Las vías locales, antes testigos mudos del trajín diario, ahora exhibían cicatrices profundas y asfalto resquebrajado. La protesta no era solo un desfile de descontento, sino un caleidoscopio de emociones ciudadanas plasmadas en pancartas coloridas y rostros enérgicos. La marcha pacífica se convirtió en un altar temporal de la frustración palpable, donde cada paso resonaba con la necesidad apremiante de atención a la desafiante situación de las vías.
La principal arteria del cantón, esencial para la conectividad interna y con localidades vecinas, ha experimentado un marcado deterioro, generando frustración y limitando la movilidad de los habitantes. «Sentimos que las autoridades nos han dejado de lado. La vía es un desastre y necesitamos soluciones tangibles», admitió Laura Mendoza, una manifestante destacada que reflejó el sentir general.
En medio del colectivo, se escucharon llamados a la unidad y a la acción por parte de líderes comunitarios como Juan Pérez, participante de la Asociación de taxis, quien instó a la población a persistir en sus demandas. «Este plantón es nuestra voz colectiva, por ello, nuestras inquietudes tienen que ser atendidas y ver mejoras concretas en nuestras vías», afirmó Pérez.
La marcha no solo fue una expresión de descontento, sino también un acto de solidaridad entre los ciudadanos, quienes compartieron historias de las dificultades diarias derivadas del estado de las carreteras. Las conexiones principales, ahora plagada de baches y obstáculos, ha generado un malestar palpable que ha trascendido las fronteras del cantón. La situación ha llevado a los residentes a buscar alternativas creativas para llamar la atención, desde pintadas en las calles hasta la creación de hashtags en redes sociales.