Por, Cobo Lascano Mayely
En medio de los persistentes apagones que asolan la ciudad de Manta, una curiosa paradoja se manifiesta en una casa ubicada en el barrio Cuba, sumida en la oscuridad, donde sus focos desafían la penumbra con una luz persistente.
Los cables del “breaker” se convieron en un hilo de incertidumbre, afectados por los apagones generales que azotan la ciudad y perjudican esta vivienda. En una danza de luces inesperadas, esta residencia se encuentra sin energía eléctrica en sus interruptores, mientras que sus focos permanecen encendidos, desafiando la lógica convencional.
La propietaria, Cecilia Chávez, describe con angustia que, los focos permanecían prendidos, pero al intentar encender algo, no había luz. “El internet se fue y nada funcionaba, excepto los focos, en toda la casa”, afirmó Chávez, cuya voz reflejaba el temor ante la posibilidad de algún evento que pudiera desencadenar un incendio.
Al llegar las 10h00, Pedro Alcívar señala que la situación es extraña pero atribuible a los frecuentes apagones. “La luz llega con fuerza y se repite todos los días esa intensidad eléctrica”, aseveró Alcívar, mientras sostiene un playo y tornillos para realizar una pequeña revisión.
Esta situación mantiene a la familia en un estado de desesperación por restaurar la luz, generando un susto de mal gusto que se perpetúa con cada episodio de falta de energía eléctrica.