Por, Marelyn Mendieta Zambrano
La vía Interbarrial, que enlaza Cosase con la entrada de Cuba y Cielito Lindo en Manta, solía ser un punto de encuentro comunitario donde el sol iluminaba cada vehículo que transitaba por sus cálidas avenidas. Esta ha perdido su encanto y se ha transformado en un vertedero improvisado, debido a las montañas de basura obstruyen la vía, perturbando el paso de los residentes y emitiendo olores desagradables que afectan la calidad de vida en la comunidad.
Leonela Villa, moradora del sector asevera mientras una torre de desperdicio que desafiaba su vista, que los vecinos tienen la costumbre de sacar la basura antes de que llegue el recolector, donde los perros la dañan y la van esparciendo por toda la carretera, hasta en su casa a veces encuentra desperdicios con olores desagradables. “Me he fijado que también personas que no son del barrio dejan fundas de basura”, añadió Villa, bajo el cielo nublado.
Esta triste situación resalta la necesidad urgente de una mejor gestión de residuos en la ciudad y sobre todo en el barrio, así como la importancia de la educación ambiental para fomentar prácticas más sostenibles. Las autoridades locales enfrentan un desafío significativo para abordar este problema y restaurar la belleza de la calle y la salud de las personas.
Bartolo Lugo, otro residente del área, destacó la posibilidad de mejorar la situación. «Quizás, con la presencia de tachos provistos de clasificaciones de reciclaje, podríamos mantener el orden y sobre todo, asegurar la limpieza, evitando así la dispersión de desechos», concretó Lugo mientras movía sus manos.
La comunidad anhelaba una solución inmediata a este desafío, que se manifestaba como un gigante dormido, ocultando bajo su superficie los secretos desechos de la vida cotidiana. Así, resulta esencial para los moradores tomar medidas que permitan revitalizar la calle, al tiempo que se implementan acciones a largo plazo que fomenten la conciencia ambiental y la correcta disposición de los residuos.