Por : Angie Intriago
En Santa Elena, el acuario Valdivia, se ha convertido en hogar de muchos animales que han sido abatidos por manos de humanos, que dañan su habitad, el acuario ayuda a animales que ven en este pequeño espacio un suspiro de vida.
Los animales rescatados son puestos en ambientes improvisados a su habitad natural, los últimos años, el acuario ha venido dando charlas, sobre la conservación de las especies y medio ambiente, ya que, cada espacio de la naturaleza es hogar de animales que buscan en la vegetación alimentación y como si de un hombro se tratase buscan en árboles un refugio de sombra sobre sus cabezas.
Las tortugas gigantes en épocas donde no se asoma la lluvia, pasan a ser las más afectadas, su duro y gigante caparazón, es impedimento para deslizar su cuerpo, Carmen Pita es encarga de la zona en donde se pueden apreciar a estas criaturas gigantes y narra, las medidas que toman en estas épocas. “Las tortugas que tenemos, son las mismas que se pueden visualizar en las Islas Galápagos, estas son rescatadas de comerciantes, las rescatamos y chequeamos su estado, cuando no hay lluvia, creamos espacios artificiales para que ellas puedan deslizarse y humectar su cuerpo, si se les reseca pueden tener grietas que forman heridas en su piel”, describió Pita, mientras terminaba su recorrido.
David Santana, es enfático en decir que “La supervivencia de estos animales son responsabilidad de todos”, no es más que una realidad, que se vive en este acuario, ya que todos y cada uno de los animales tienen un hábitat al que volver, uno que espera ser regenerado para su seguridad.
Kelvin Imaicela aclara que no esperan lucrarse de estas especies, sino crear un espacio en donde puedan estar seguras. “Estos animales son el claro reflejo del compromiso que debe tener la sociedad, con el mundo, el proteger su habitad y espacios frondosos es responsabilidad de todos, se debe tomar como un acto de amor a la naturaleza”, concluyó Imacela encargado del tour en el acuario.