Por: Ginyer Véliz
Ver caer la tarde en algunas playas de las costas ecuatorianas es un espectáculo natural que cautiva a todos aquellos que tienen la oportunidad de presenciarlo. Es un momento mágico en el que el sol se despide del día y pinta el cielo con una paleta de colores vibrantes y cálidos.
Daniel Mera, surfista, sintetizó que al llegar a la playa se encuentra en un ambiente relajado y tranquilo. Además, mencionó que surfear en el momento en que el sol se esconde es lo mejor, ya que las olas rompen suavemente en la orilla y le acompañan durante su sesión.
La gente comienza a congregarse en la playa para disfrutar de este espectáculo único. Parejas se abrazan mientras contemplan el horizonte, niños corren emocionados por la arena y grupos de amigos se sientan en círculo para compartir risas y conversaciones animadas.
«El atardecer en la playa es un momento perfecto para reflexionar y desconectar del ajetreo diario», recalcó María Sánchez mientras dialogaba con su hermana sobre la tranquilidad que se respira en la playa y disfrutaba de la belleza natural que les rodeaba.