Por: Yandry Anchundia
En la comunidad “Los Bajos de Afuera”, un problema ha emergido, como un río oscuro desbordándose de la indignación y la incomodidad. La situación se ha vuelto más que un inconveniente, es un torrente de aguas servidas negras que amenaza con arrastrar la paz y la armonía de la Calle 18 de Septiembre.
Los residentes, atrapados en este flujo de pesares, han visto como sus días tranquilos se tornan sombríos. Como el canto de un cuervo en la noche, el mal olor se ha apoderado de sus vidas, invadiendo sus hogares y llenando cada esquina de su ser.
“Deben enfrentar esta marea negra, que genera afectaciones en la salud de todos los vecinos en especial en los niños pequeños”, admitió Homero Palma, morador del sector, denotando decepción por la afectación.
El rebosamiento de aguas servidas es un recordatorio palpable en incluso los lugares más escondidos, los problemas pueden surgir como un río salvaje que desafía los límites de la paciencia y la resiliencia.
“Este es un oscuro capítulo de los Bajos de Afuera, esperamos las autoridades tomen nota de esta problemática tan desagradable”, acotó Edisson Anchundia, habitante de la comunidad, expresando lamento por lo ocasionado.