Por: Priscila Andrade
La calle, es un atajo para muchos habitantes del sector la Victoria- Manta, pero cae la noche y se convierte en la boca de un oso, donde avizora el peligro y la euforia del lugar para alojarse con tranquilidad.
Janeth Zambrano residente del barrio por más de 30 años, aseguró que, en varias ocasiones se han acercado al municipio a pedir alumbrado y hasta la actualidad obtienen una respuesta satisfactoria.
“Durante el día los vecinos andan sin ningún compromiso por esta calle, que conecta directamente hacía el parque. Es una pena saber qué noche tras noche se debe vivir con el miedo de cruzar el angostillo y ser asaltada”, recalcó Zambrano, mientras señalaba el callejón que queda frente a su casa.
La falta de iluminación en la travesía del barrio no solo afecta a la seguridad, sino también a los derechos humanos de quienes viven bajo este ambiente lleno de tinieblas que genera agonía para los moradores que con desventajas les toca acercarse al panorama de la oscuridad.
“Somos ciudadanos como todos los demás, esta calle también forma parte del barrio, es transitado por la mayoría de los vecinos, además, pagamos impuestos para recibir los servicios públicos como deben de ser, pero somos el olvido”, puntualizó Marcos Rodríguez, dueño de la tienda ubicada al finalizar la avenida 109.