Por: Ginyer Véliz
El caldo de gallina criolla de Manabí es una sopa que reconforta tanto el alma como el cuerpo. Esta especie se cría en los patios de las viviendas, lo cual refleja la riqueza y diversidad de esta provincia costeña. Es un plato que se sirve en ocasiones especiales, como fiestas o reuniones familiares, pero también en el día a día como un alimento nutritivo y reconfortante.
“Cuando es criolla se reconoce, es una de las delicias del campo el caldo de gallina criolla, es comida de los dioses”, aseguró Lourdes Vera mientras degustaba un plato recién salido de la olla.
Raquel Murillo, trabajadora del restaurante «Esquina Canaria», ubicado en Urbirrios, Manta, puntualizó que esta sopa es un plato representativo de la tradición y gastronomía manabita.
En este sentido, el cautivador y exquisito caldo, considerado como un plato cultural de Manabí y además fácil de preparar. Las manabitas aseveran que ayuda al cuerpo de recuperarse cuando se sienten enfermos y decaídos.
La gallina criolla es la protagonista de este caldo, el cual se cocina a fuego lento durante varias horas. Estas gallinas criollas son aves que se crían en el campo sin hormonas ni químicos, alimentándose de granos y hierbas. Su carne es más firme que la del pollo industrial, además de ser rica en nutrientes y tener menos grasa.