Por: Viteri Chévez Saúl Andrés
En un mundo donde el sustento de la familia es considerado una prioridad innegable, María Quishpe nos enseña una lección invaluable: la salud como el fundamento primordial. Originaria de Cumbayá, María busca un futuro mejor para sus hijos. En tierras lejanas, encontró en la venta de colada morada, una delicia culinaria ecuatoriana, una oportunidad para darles estabilidad, bienestar físico y emocional.
La colada morada, ese brebaje dulce y lleno de tradición, se convierte en una poderosa metáfora de sus sacrificios y amor incondicional.
Mientras hablaba de su familia, se podía notar en su rostro felicidad, Quishpe aseveró, «nosotros los serranos tenemos bien complicado el hecho de venir y buscar un mejor futuro en la costa, sin embargo, en estas fechas, hago colada morada y guagua de pan y pues afirmar qué nos está yendo bien».
Así como la colada morada se compone de múltiples ingredientes que se mezclan para crear su sabor característico, ha tenido que combinar diversas habilidades y recursos para forjar su nuevo camino en tierra ajena.
«Jamás hubiésemos pensado que lo que en un momento atrás era una simple comida hoy es una bebida que señala la unión familiar con aquellos que ya no están aquí con nosotros, debemos estar agradecidos con Dios por las cosas buenas y malas», aclaró Ignaciano Quishpe, esposo de la emprendedora, mientras movía lentamente la cucaracha dentro de la olla de colada morada.
La venta de la colada morada no solo ha sido la forma en la que María ha llevado el sustento a su familia, sino también una barrera protectora frente a las adversidades que puedan afectar la salud de sus hijos. Al ofrecer un alimento rico en antioxidantes y nutrientes, María ha priorizado la salud de su familia por encima de cualquier otra cosa.