Por: Adriana Cartagena Hidalgo
En las tierras bañadas por la luz dorada del sol ecuatorial, la naturaleza es el escenario de una danza ancestral que se ha convertido en un camino hacia la sanación. Ecuador, con su rica diversidad de flora y fauna, ha abrazado durante siglos el arte de la medicina natural, donde las hierbas, los secretos de los chamanes y la magia de la selva son las principales protagonistas.
“El enfoque holístico de la medicina natural en Ecuador es una muestra de la profunda conexión entre las personas y su entorno. No se trata solo de aliviar los síntomas, sino de restaurar el equilibrio entre el cuerpo y la mente, y de nutrir el alma”, enfatizó Nexar Navarrete supervisor del personal del laboratorio de Productos “Plenitud¨
Proveniente de Ibarra, los saberes ancestrales y la modernidad se entrelazan en una sinfonía de sanación. Las selvas tropicales y las montañas andinas albergan tesoros botánicos que han sido utilizados por generaciones para curar y aliviar. Las plantas, como el boldo, hercampuri, la chancapiera, chuchuhuasi, zarzaparrilla y la flor de Jamaica se convierten en medicinas que trascienden lo físico para abrazar lo espiritual.
Argentina Mieles, consumidora del producto, destaca los múltiples beneficios que le ha traído el consumo de este. “Tengo tres meses consumiendo este maravilloso producto ya que me ha ayudado a depurar el hígado. Soy hipertensa y diabética, y después de un mes de tomar, empecé a notar como me mantiene regulada la glucosa y la presión, de la misma manera también le atribuyó el que me han disminuido de manera considerable los dolores a las articulaciones que tenía hace un tiempo”.
En medio de esta danza de sanación, Ecuador se convierte en un santuario de la medicina natural, un lugar donde la naturaleza y la cultura se fusionan para brindar consuelo y bienestar a sus habitantes. Aquí, la medicina se convierte en poesía, y cada planta es un verso que canta la eterna alianza entre el ser humano y la Tierra.