Por: Montero Melany
En el tranquilo escenario del cantón Chone, el ronroneo de un gatito ha conquistado la atención de los habitantes de la calle Wilfrido Viteri. En la encantadora localidad, un felino de pelaje moteado se ha convertido en un verdadero poema ambulante, tejiendo metáforas vivientes con cada paso que da.
Este gatito, cual metáfora con patas, ha logrado transformar las aceras en pasarelas y los callejones en senderos mágicos. Su cola ondea como una pluma en una danza etérea, y sus ojos, cual espejos de la naturaleza, reflejan la esencia misma del cantón.
“Lo mejor es cuando te cruzas con él después de un día agitado, su simple presencia suaviza los trajines de la vida, es como un amigo callejero que te recuerda que la vida tiene momentos buenos”, aseguró Rosa Castañeda mientras llegaba a su vivienda.
Como una obra maestra escondida entre las páginas de un libro antiguo, este felino ha logrado convertirse en el capítulo más tierno de las historias que se cuentan entre sus calles. «Es sorprendente cómo, ha logrado ganarse el cariño de todos lo ves por las, calles y simplemente alegra el día”, añadió Mateo Meza mientras se dirigía caminando hasta su lugar de trabajo.





