Por: Ana Mirian Santana Murillo
En una mañana deportiva donde la pasión y el esfuerzo se mezclaron como ingredientes mágicos, una joven destaca como nunca antes. Entre carreras veloces y saltos impresionantes, su desempeño la coronó como la «Señorita Deporte” del colegio Monseñor Leónidas Proaño. Su victoria, un viaje a la cima, fue como un amanecer en plenitud de colores, lleno de esperanza y alegría.
Sus compañeros, ágiles y listos para la semana deportiva que se avecina, aseguran que serán los ganadores absolutos. Para ellos, la competencia es como un campo de batalla donde cada gesto y cada esfuerzo son una metáfora de su determinación y unidad.
El docente de educación física, Jack García, describe la semana deportiva como una paleta de colores en medio del gris de las aulas. Estas actividades, más que competencias, son como un bálsamo que aviva los espíritus de los estudiantes y les permite encarar la semana de exámenes con una actitud renovada y una alegría contagiosa. La educación se convierte en un juego de palabras, y los números se transforman en metáforas de posibilidades.
En esta mañana deportiva, la victoria se fusionó con el esfuerzo, la competencia se volvió sinónimo de amistad, y la educación se manifestó en su forma más dinámica. La “Señorita Deporte” y sus compañeros han demostrado que el colegio Monseñor Leónidas Proaño es un crisol de talento y un semillero de éxitos.