Autor: Jhosselyn Castro
En una tarde donde el sol brutal era el protagonista principal como un dragón, de la nada un insólito e inquietante espectáculo apareció. En la calle Chimborazo del cantón Montecristi, en una propiedad privada abandonada, el humo y las llamas abrazaron el lugar como unas serpientes voraces y hambrientas, arrasando todo a su paso y aterrando a los todos los moradores del lugar.
El crujir del fuego, un susurro siniestro resonaba en los oídos como presagio de furor elemental, mientras las chispas volaban como almas perdidas que buscan refugios. Este terreno que se había convertido en una pequeña selva para felinos de la calle, era un escenario espantoso. Blanca castro, residente del lugar se encontraba sentada en el blanco de su casa, enfatizó que todo le parecía de lo normal cuando de repente una nube de humo consumió el lugar
“No se sabe que o quien provocó el incendio, pero por gracias a la llamada de la ciudadanía pudimos controlar el incendio, pero es necesario que las personas tengan conciencia al momento de quemar algo en los jardines o patios”, puntualizó Klever Alarcón, bombero del cantón.
Después de minutos de ardua labor, los héroes de capa roja lograron acaparar las llamas y el patio ahora envuelto y cenizas, yacía como un recordatorio de la fragilidad de la humanidad frente a los desastres de la madre naturaleza.