Por, Nathaly Mero
En la media tarde del viernes 27 de octubre, cuando el sol estaba por ocultar en la ciudad de Manta se suscitó una de las despedidas más sensibles para varias familias. Alrededor de 4 barcos hicieron su salida del terminal pesquero del puerto marino de Manta, varios líderes de las tripulaciones fijaron una fecha de regreso que ronda en meses del próximo año.
Padres y jóvenes que son sustento de sus hogares tienen la esperanza de retornar con dinero para estar con sus familias y por ende trabajar en fechas festivas como días normales. “Debemos aprovechar cuando hay pesca, mi familia entiende el esfuerzo que se hace para luego celebrar los días que estuve ausente”, añadió Pablo Medranda mientras abrazaba a su esposa. Por el contrario, madre de Juan Alvarado uno de los pescadores, infirió que es una de las escenas más difíciles que le ha tocado vivir, “debo hacerme la fuerte y esperar su regreso con ansias”, vociferó con lágrimas en sus ojos.
Las fechas de febrero y marzo son exactas para entrar en veda y los pescadores deben aprovechar meses antes para laborar. “Las fechas son fijas y la veda también, debemos lograr una cantidad exacta de tonelaje para regresar a casa. Ese es nuestro propósito”, detalló Xavier Flores marino mercante que zarpa en uno de los barcos por salir.
Los barcos no solo llevan a pescadores entre ellos van maquinistas, jefes de maniobras, cocineros, entre otras personas con roles importantes. Entre las preparaciones antes de la salida, está la inversión en alimentos y herramientas para trabajar. “Lo primero en embarcar son los botellones de agua y botiquín de primeros auxilios”, indicó Andrés Mero marinero al guardar sus implementos principales para sustentarse del viaje.
Mientras otras familias celebran unidas, los pescadores estarán incompletos de sus familias en navidad y un nuevo año. Solo les queda, la dulce espera.