Por Kevin Chávez

La provincia costera de Manabí, es conocida por su riqueza cultural y culinaria, también es hogar de una de las joyas gastronómicas que ha conquistado los paladares de ciudadanos locales y extranjeros, como es el plátano.
Este versátil ingrediente se ha convertido en la base de una serie de deliciosas comidas, como lo son: los famosos bolones, las empanadas, patacones y el tradicional tigrillo.
En la comunidad “La Pita Chica”, ubicada en el cantón Junín de la provincia de Manabí, Carlos Intriago, propietario de la finca “El Arbolito”, es una de las personas que entiende la importancia y el cuidado de este valioso recurso expresó que, «para que haya un buen producto o una buena comida, debe generarse una buena cosecha, la cual se adquiere a través del cuidado y atención que se le pueda brindar”.
El compromiso de agricultores locales como lo hace Intriago, garantiza la calidad del plátano que llega a las cocinas de la región.

Sin duda alguna los platos preparados con este ingrediente en los diferentes rincones de la provincia son una verdadera celebración de sabores y tradiciones. Los corviches, los bollos de verde rellenos de pescado, son una delicia que se disfruta en la costa ecuatoriana. Angie Intriago, oriunda del cantón Junín comentó que, “el plátano lo encuentra en todas las comidas, por tradición se debería tener un racimo en cada casa”.
La diversidad del plátano en la gastronomía manabita es un testimonio de como los ingredientes locales pueden convertirse en verdaderas obras de artes culinarias. En Manabí, el plátano es un símbolo de identidad y tradición que cautiva a todos aquellos que tienen el privilegio de degustar sus innumerables delicias.