Por Camila Pineda
En Ecuador existe una tradición que ha tenido lugar dentro de las familias durante décadas, muchos dicen que su origen se remonta hace miles de años, originalmente hecha y ofrecida por los indígenas a sus muertos en señal de respeto. Este tipo de homenajes se realizan usualmente en el mes de noviembre, concretamente en el día segundo, donde se celebra a los fieles difuntos, sin embargo, en mucho hogares empiezan su elaboración desde el mes de octubre marcando el inicio de aquella temporada donde las familias se reúnen para recordar a aquellos que alguna vez fueron parte de esta vida.
Se trata de una colada a base de especias aromáticas, harina de maíz morada, diversas frutas como la fresa, babaco, naranjilla, piña, etc. En su preparación es necesario tener paciencia, ya que dependiendo de la manera en que cada familia lo elabore suele tardar horas o inclusive dos días.
Existe diversas formas de disfrutar esta colada, pero comúnmente es acompañada de una pieza de pan, más conocida como “guagua”, aunque en el país esto es sinónimo de homenaje, muchas personas lo elaboran con el fin de generar ingresos y así cualquiera pueda degustar de esta delicia gastronómica.
Edita Montes prepara esta colada todos los años, desde el mes de octubre como una tradición que sus abuelos y padres le inculcaron desde muy pequeña: “Es una devoción para aquellos que han fallecido, ya que, antes se les hacía comida, para que así sus recuerdos no mueran”.
Así mismo, diversas personas concuerdan con esta opinión, como es el caso de María Hidalgo, quien afirmó: «Deben continuar y no permitir que caigan en el olvido. Las tradiciones conforman nuestra identidad y siempre nos recuerdan de dónde venimos. Al mismo tiempo, nos brindan la oportunidad de disfrutar en familia».