Por: Ángel Rodolfo Macías Cantos
La anhelada mejora de las vías en la parroquia Leónidas Proaño, a lo largo de distintas administraciones, parece ser un sueño lejano. A pesar de proclamar la viabilidad como enfoque principal, las palabras de las autoridades parecen ser luciérnagas titilando en la penumbra, sin guiar el camino hacia el progreso esperado por la comunidad.
Accidentes de tránsito, daños vehiculares, inundaciones invernales y enfermedades han convertido las calles en un oscuro camino, donde la negligencia ha trazado un sombrío paisaje, como las páginas de un libro olvidado que el tiempo ha dejado a merced de la desintegración.
Angela Mera, con 48 años y residente de la parroquia, aseguró que han emprendido la recolección de firmas como un acto para impulsar la mejora de la calle. Describió este esfuerzo como dejar huellas en la tierra, esperando que cada firma sea un paso firme hacia la atención y mejora de la situación en el sector. Sin embargo, a pesar de estos intentos, las autoridades continúan ignorando el grito de un pueblo.
“En ocasiones, simplemente engañan a la comunidad; llegan maquinarias, dejan algunos terrones y luego abandonan la labor. Hemos vivido prácticamente toda una vida experimentando este ciclo, sin presenciar un progreso real hasta el momento”, aseveró Mera cuando se encontraba regando alguna de sus plantas.
Jacinto Gutiérrez, presidente de la parroquia, indicó que ha establecido canales de comunicación para informar sobre las molestias en el sector. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, no ha recibido ninguna respuesta significativa.
“He hecho todo lo posible, ya que también experimento las necesidades. Me he dirigido a las oficinas, pero desafortunadamente no he logrado hablar con una autoridad mayor”, lamentó Gutiérrez.