Por: Nancy Zosa
Cada emprendimiento es una semilla plantada en el suelo fértil de la innovación, lista para crecer y florecer en un jardín de oportunidades. En su pequeño negocio Don Esmeraldas a sus 89 años de edad brinda a sus clientes cocos y guineos, se encuentra en el cantón Montecristi en el sector “El Prado”.
Alberto Esmeraldas afirmó que, siendo un residente del cantón Rocafuerte viajo a Manta por una difícil situación que pasaba su hijo, bajo la circunstancia económica fue obligado adentrarse a vender legumbres en el viejo Tarqui, empezó una nueva vida en esta ciudad desconocida. “Cuando compre mi triciclo, solía recorrer muchos lugares, después de tanto tiempo, pude adquirir un terrenito aquí, y un día analice el sector y vi que nadie vendía estas frutas, pues di la iniciativa de emprender de nuevo”.
Emprender es como caminar en la cuerda del riesgo, equilibrándose entre desafíos y oportunidades, con la esperanza de llegar al otro lado con éxitos. “Fue una buena idea de don Esmeralda en poner este negocio, pues nos facilita salir en buscar de uno de estos productos”, enfatizó Freddy Zambrano, morador del sector mientras disfrutaba de un coco helado.
Alrededor de un mes y medio don Esmeraldas, ha hecho notar su presencia y su emprendimiento en dicho sector, él está ubicado en el pequeño parque bajo dos árboles muy acogedores, dónde atiende a cada cliente con una inmensa sonrisa y agradece el apoyo que le dan los moradores.