Por: Alejandra Pinargote
En el corazón de Portoviejo, el caldo de gallina criolla y el plátano asado se han convertido en una tradición culinaria que calienta los estómagos y el alma de los habitantes de esta región costera. En «El Rincón Manabita» ubicado en la esquina de las calles Pedro Gual y García Moreno, un negocio familiar lleva años sirviendo este exquisito manjar, la pasión por preservar esta tradición es evidente. Diana Márquez, la dueña de este establecimiento emblemático, aseveró con orgullo que su receta secreta es un testimonio de amor por la cultura y la comida local.
«Nuestro caldo de gallina criolla es un abrazo en forma de sabor. Cada ingrediente desde el pollo de corral criado en nuestras granjas locales hasta el plátano asado a las brasas, cuenta una historia de generaciones. Es una metáfora de la tradición que nos une y nos conecta con nuestra tierra», puntualizó Diana Márquez con una sonrisa en su rostro.
«Este lugar es un refugio para quienes queremos disfrutar de la auténtica comida manabita. Cada vez que saboreamos ese caldo de gallina, recordamos con mucho amor nuestras raíces”, aseveró Sebastián Pico cliente fiel.
«El Rincón Manabita» se ha convertido en un santuario para aquellos que desean experimentar la tradición, donde la calidez del caldo y el plátano asado se convierten en un recordatorio vivo de la rica herencia cultural de Manabí.
“El amor que le ponen a este caldo se siente y sobre todo como me trata doña Diana, me encanta venir a este lugar, porque me siento como en casa”, añadió Teresa Martínez mientras se deleitaba de su caldo.
La pasión y el compromiso de Diana Márquez, así como la devoción de sus clientes fijos como Teresa Martínez y Sebastián Pico, auguran este tradicional negocio siga siendo una luz gastronómica en la región.