Por, Juan Pincay
Entre leñas y fuego que a diario se prenden en una cocina de barro, que ya no es común en la actualidad verla, ya que ahora se utiliza las cocinas a gas, a diferencia que la otra la comida se siente diferente, su aroma y sabor es inigualable y conquista miles de comensales que a diario se dan cita en lugar.
Doña Martha Zambrano una mujer campesina que un día decidió no solo cocinar para ella, si no para todos. “Mis hijos siempre me decían… mamá vende comida que te ira bien porque con tus manos preparas unas delicias”, agregó Zambrano mientras raspaba el cocolón de la olla.
El impulso que la llevo a tomar esta acertada decisión fue de su acompañante de vida Don Alfonso Solorzano, “estoy orgulloso porque siempre nos hemos ganado el dinero honradamente, y la gente viene a consumir y eso me satisface”, concretó Solorzano mientras entregaba un suelto a uno de sus clientes.
La comida a leñas es un ritual que en la cuidad muy poco se ve, pero los campesinos los siguen teniendo vigente, y sobre todo las buenas costumbres deben seguir vigentes. Este tipo de gastronomía es la representación pura de los manabitas.