Por: Melany Montero
En la cuna de la naturaleza, entre verdes colinas y murmullos ancestrales, se esconde un tesoro acuático que cautiva los sentidos y embriaga el alma. El río Caimito que serpentea por el pintoresco cantón Chone, específicamente en el idílico paraje de San Andrés vía Mosquito, revela su esencia más pura y majestuosa, dando vida a una mini cascada que despierta susurros en los corazones de quienes se aventuran a descubrirla.
«Este río es muy hermoso, la naturaleza se aflora y la combinación con los animales, te pone en contacto directo con la naturaleza. Es un poema líquido que fluye con la cadencia de la vida misma», compartió María González, una residente local que ha encontrado en este paraje su refugio espiritual.
El viaje hacia este rincón mágico es un paseo entre sombras de árboles antiguos y el susurro constante del viento que acaricia la piel. A medida que uno se acerca, el murmullo del río se vuelve más intenso, como un suspiro eterno que invita a sumergirse en la serenidad del momento.
La mini cascada, joya oculta en la corriente, se presenta como un lienzo en movimiento, donde el agua danza en perfecta armonía antes de entregarse a la gracia de la caída. Su sonido es un canto ancestral que parece narrar historias de la tierra y el tiempo.
«La cascada que se forma aquí es muy linda, creo que encontré el lugar idóneo para los fines de semana venir a compartir con mi familia», enunció Roberto Sánchez, visitante admirando la magia que emana de este rincón.
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