Por: Adriana Cartagena
En la apacible localidad de Chone, se guarda un tesoro salado que ha sido cuidadosamente transmitido de generación en generación. La “salprieta”, una deliciosa mezcla de sal marina, especias y secretos familiares. Su elaboración artesanal es una tradición que perdura en medio de la modernidad, y es un testimonio de la riqueza cultural de esta región costera, siendo el legado de la familia Holguín durante décadas.
“Heredé la receta de mi abuela y la refiné a lo largo de los años”, aseveró José Holguín, propietario del negocio, denotando melancolía al recordar sus inicios.
La receta es un secreto celosamente guardado que combina sal marina con una mezcla única de especias locales que ellos se encargan de cultivar para que todo salga de sus tierras.
“El proceso de elaboración comienza con la recolección de sal del océano, que es secada al sol antes de ser mezclada con las especias. La mezcla se tamiza a mano y se envasa en pequeñas bolsas de tela, listas para ser compartidas con los amantes de los sabores auténticos de la costa manabita”, acotó Luisa Zambrano, madre de José, sosteniendo una porción de salprieta en sus manos.
La familia Holguín ha mantenido viva esta tradición durante décadas, trabajando juntos para preservar los métodos de elaboración que han sido transmitidos de padres a hijos. La elaboración de salprieta es un evento familiar, un momento en el que se reúnen para celebrar su herencia culinaria. Cada paso se realiza con cuidado y amor, y el resultado es una mezcla de sabores que evoca la esencia de Manabí.