Por Shantal Espinel
En las últimas décadas, la llegada de las redes sociales y la tecnología de la información ha aumentado aún más el perfil de los esfuerzos de rescate de animales. Las personas ahora pueden trabajar juntas y colaborar de manera más efectiva para dar refugio a los animales necesitados y brindarles el cuidado adecuado.
En la actualidad existen numerosas organizaciones y grupos de voluntarios en todo el mundo dedicados al rescate de animales, que trabajan incansablemente para mejorar la vida de los animales y crear conciencia sobre la importancia de tratar a los animales con compasión y respeto.
El rescate de animales es un testimonio duradero del poder de la compasión humana y del deseo de salvar a los más vulnerables entre nosotros. Héroes anónimos de todo el mundo dedican sus vidas a salvar animales en situaciones desesperadas y darles una segunda oportunidad de una vida plena y feliz. En esta publicación, exploramos algunas de estas conmovedoras historias que han inspirado a comunidades enteras y han cambiado las vidas de innumerables criaturas.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Ecuador, como muchos países del mundo, hay una gran cantidad de perros vagando por las calles, lo que es un problema existente que afecta no sólo la salud pública y el bienestar animal, sino también la salud de los ecosistemas.
Refugios animales
En Manabí existen varios lugares que se han dedicado a dar refugio a aquellos animales callejeros, abandonados y sin hogar que existen en esta provincia.
El Santuario Canino de Gustavo, ubicado en San Lorenzo, es un refugio sin fines de lucro, donde Gustavo Rodriguez ha dedicado gran parte de su vida a rescatar y cuidar de cientos de animales que llevan hasta ese lugar con el fin de que los canes tengan un espacio provisional donde quedarse sin vivir el peligro de las calles. “Damos refugio a variedad de tipos de animales, pero lo que más tenemos son perritos abandonados que la gente encuentra e incluso perritos que han adoptado de este lugar y los han devuelto a los meses. Es un poco difícil darle cabida a todos los animalitos que nos traen, porque no somos una fundación que tiene el apoyo fijo de otras organizaciones que puedan facilitarnos el cuidado de todos los caninos que nos traen, además de que muchos de ellos tienen graves enfermedades que deben ser tratadas por especialistas, lo cual llega a ser muy costoso”, declaró.
Gustavo comentó que a pesar de que a pesar de que en ocasiones cuentan con el apoyo de varias microempresas y de gente solidaria que decide aportar con un granito de arena por medio de dinero, implementos de salud, comida y demás.
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El Albergue Esperanza Canina, es otro de los lugares de Manta que ofrece refugio a animales abandonados, para así cuidarlos y que dejen de vivir los peligros que ofrece el mundo. Este lugar es manejado por Jefferson Ortiz, quien ha comentado que su sueño siempre había sido tener un lugar donde albergar todos los animales posibles y que ahora que se le ha hecho posible eso, espera poder poco a poco ampliar el lugar y ofrecer mayor ayuda tanto a animales domésticos como silvestres.
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Testimonios sobre animales rescatados
Paulette Macías cuenta que hace un año, ella y su mamá estaban recorriendo la playa de Tarqui y que de pronto, escucharon quejarse y llorar a una perrita de aproximadamente 3 meses de nacida, se veía enferma, tenía un visible estado de desnutrición y se encontraba en muy malas condiciones; por lo cual, decidieron rescatarla y llevarla a un veterinario, donde después de revisarla, la adoptaron y decidieron llamarla Lucy. Al principio fue un poco complicada la adaptación de la perrita, ya que se alejaba de las personas por miedo a que le pudieran hacer daño y tenía miedo de todo; sin embargo, con el pasar del tiempo se fue acostumbrando y ahora es una perrita llena de amor y muy juguetona.
Por otro lado, Dolores Espinoza, comenta que ella adoptó a la perrita que ahora la acompaña de la fundación Manta Animalista, ya que vio que estaba en adopción y como siempre le gustó tener mascotas, decidió adoptarla y llamarla Bailey. En un principio, la perrita no se sentía cómoda, se escondía de las personas y al momento de cargarla en brazos, temblaba mucho y en ocasiones, lloraba. Hace cuatro meses que se encuentra viviendo con Dolores y la incomodidad que la perrita sentía ha disminuido considerablemente, ahora es juguetona con los otros animales que se encuentran en el hogar y así mismo, con las personas. A pesar de que ahora vive cómoda y es feliz en el hogar que fue acogida, tiene ciertos miedos que le han quedado por lo vivido; un ejemplo, es que cuando la quieren sacar a pasear, se pone muy inquieta y no quiere salir por el miedo de que la dejen abandonada como estaba cuando la encontraron.
El testimonio de Ider Vega es que, hace varios años atrás él estaba en la finca perteneciente a su familia y notó que en una de las casas de la zona había una pequeña perrita en muy mal estado, a la cual no cuidaban, entonces decidió rescatarla y darle los cuidados que necesitaba. La bañó, le dio de comer, la llevó al veterinario y en sus planes estaba darla en adopción a alguien que pudiera cuidarla; sin embargo, se enamoró completamente de la perrita, por lo que se la quedó y ahora vive muy feliz y cómoda. Aun así, existen ciertos comportamientos con los que la perrita vive, por ejemplo, cuando le dan de comer, no le gusta que se le acerquen a su plato de comida porque cree que se lo van a quitar. Esto se da porque cuando estaba con sus antiguos dueños, estos le tiraban huesos y tenía que pelear con otros animales para poder ganarlo y comer; así también, no le gusta que la saquen a pasear o que la dejen sola por mucho tiempo, se pone a llorar y en ocasiones, se vuelve agresiva.
Por último, Edder Vallejo, comenta que él y sus hijas visitaron el Santuario Canino de Gustavo y se enamoraron de un pequeño cachorro apenas lo vieron, por lo que decidieron adoptarlo. Era un perrito al que habían rescatado de un terreno abandonado, por lo cual lo llevaron al refugio de Gustavo, quien lo acogió. En la visita al veterinario, este lo desparasitó y mandó unos medicamentos para la sarna que tenía. Ya han pasado alrededor de dos años con el perro y a pesar de que en un principio era muy tímido y tenía miedo de las personas, se fue encariñando con los mismos en poco tiempo. Es un perrito muy juguetón y travieso, pero es muy protector con quienes lo acogieron. No le gusta que se le acerquen a su comida, ya que se pone a gruñir con los demás perros, y es un poco agresivo cuando lo molestan.