Por, Diana Yanaisa Vera Vélez
En el pequeño redondel lleno de almas ardientes, se dieron cita aquellos apasionados por ver los participantes montar sin silla, con el objetivo de demostrar su destreza y habilidades en el manejo de caballos, el 24 de septiembre se realizó el rodeo montubio en el cantón Rocafuerte en la comunidad del Horcón, una fiesta en el campo que no tiene cumpleañero, pero reciben sorpresas y premios.
Este gran evento se ha convertido en una joya valiosa de la cultura montubia, esta actividad contribuyó significativamente a la economía del cantón, atrayendo a ciudadanos locales y extranjeros, emocionados por la espera, pero sostenidos por la esperanza.
José González, emprendedor manabita que se dedica a la venta de sombreros, muestra sus trabajos de calidad en las pequeñas carpas ubicadas a las afuera del rodeo.
“Estos espacios crean oportunidades para los pequeños y grandes negocios dentro del cantón, yo vendí algunos sombreros, lo que generó un incremento en mis ventas”, acotó González mientras atendía a su clientela, qué preguntaban por los precios y calidad.

El rodeo es un tributo a la identidad y raíces, del montubio manabita, ser parte de este encanto es gratificante, los competidores con sus mejores trajes típicos montubios demostraron emocionante en el evento que reunió a más de 700 personas en un espectacular rodeo montubio, organizado por el alcalde del cantón Rocafuerte.
Los caballos brillaron con todo su esplendor, con la participación de más de 5 ranchos manabitas, por otro lado, el alcalde de Rocafuerte, Norberto Vélez, en su discurso de apertura, añadió la importancia de preservar y promover estas manifestaciones culturales
«El rodeo montubio es un tesoro para nuestros manabitas, no dejemos perder esta tradición, trabajando en conjunto para conseguir que estas plazas perduren en las siguientes generaciones”, admitió Norberto, mientas se dirigía a los asistentes del rodeo.

El rodeo montubio, no solo fue una participación de varios ranchos, sino también una celebración de la identidad manabita, ser orgullosamente montubio, plasmando el arte, montar caballos sin montura, y la sangre que bombea el corazón de muchos.