Por: Javier Aguilar
La ciudad de Manta se ha llenado de vida y color con la llegada de la emocionante feria por las fiestas, que ha atraído a vendedores ambulantes de todas partes de la región. Ubicada frente al IESS al límite de Manta-Montecristi, se exhiben desde los stands de artesanía hasta puestos de comida que desprenden aromas tentadores, esta feria es un testimonio de la vitalidad y la diversidad de los vendedores ambulantes en nuestra comunidad.
Uno de los aspectos más destacados de la feria es la variedad de sabores que ofrece. Desde comida rápida hasta deliciosos dulces artesanales, los visitantes pueden embarcarse en un viaje de experiencias, sin salir de la ciudad. Los vendedores ambulantes han traído consigo recetas tradicionales que encantan a los paladares más exigentes.
La feria también es un paraíso para los amantes de la artesanía. Los vendedores han montado coloridos puestos que exhiben desde joyería hecha a mano hasta obras de arte originales.
Lo que distingue a esta feria es la interacción personal. Los vendedores, en su mayoría dueños de pequeños negocios, se involucran directamente con los clientes, explicando el origen de sus productos y compartiendo historias detrás de sus emprendimientos. Esta conexión personal añade un valor especial a la experiencia de compra.
Enfrentado múltiples desafíos, muchos se adaptaron a las circunstancias cambiantes y expanden sus ofertas para sobrevivir y prosperar en un entorno económico desafiante. “Esta época del año, es una oportunidad para quienes queremos avanzar de una u otra forma con lo que podemos”, admitió Walter Delgado, vendedor de bisutería, mientras gritaba con euforia lo que ofrecía, a quienes pasaban por el lugar.
Este lindo evento, como casi todos los años, estará en la ciudad durante semanas y promete seguir ofreciendo una experiencia sinigual. “Aprovecharemos cada día como si fuera el primero, queremos sacarle provecho a la situación y vender por montones nuestra buena comida”, afirmó Grecia Luzardo, vendedora de chuzos, mientras realizaba preparaciones para distintos clientes.
La feria ha llegado a la ciudad no solo es un escaparate de sabores, artesanía, creatividad y diversión, sino también un recordatorio de la importancia de apoyar a los vendedores ambulantes locales y celebrar la resiliencia de nuestra comunidad empresarial.