Por, Jean Carlos Pinoargote
Los cielos de Manta se prepararon para recibir una lluvia de melodías celestiales, ya que la renombrada cantante de música cristiana, Marcela Gándara, los deleitó con su dulce voz como un pincelazo divino en un lienzo sonoro en la ciudad costera. El escenario, un santuario de sonidos, se erige como una catedral musical al aire libre en medio de las doradas playas y las brisas saladas del océano.
Las notas de sus canciones, como pájaros de colores, volarán sobre la audiencia como un regalo celestial. Cada acorde será como un faro que ilumina los corazones de aquellos que buscan inspiración y paz en medio del tumulto de la vida cotidiana.
La voz de Marcela Gándara, cálida como un abrazo espiritual, resonaron en las almas de los asistentes como un eco de esperanza en el horizonte. Las letras de sus canciones, como versículos sagrados, llevarán consuelo y reflexión a quienes se reúnan en este mágico concierto.
Sofía Bailón añadió con emoción, “el concierto de Marcela Gándara fue como un bálsamo para el alma. Sus canciones tocaron lo más profundo de mi corazón y me hicieron sentir más cerca de lo divino. Fue una experiencia inolvidable».
Cesar Franco aseveró, «aunque el concierto fue maravilloso, el transporte dentro de la ciudad se complicó por la gran cantidad de personas que asistieron. Sin embargo, valió la pena cada esfuerzo para presenciar esa actuación celestial de Marcela Gándara. Su voz es muy importante en la música cristiana».
El público, que se congregará en un ambiente de comunión espiritual, se convertirá en una marea de almas unidas por la música que trasciende las barreras terrenales. Como un faro en la oscuridad, Marcela Gándara guiará a los presentes en un viaje sonoro que los elevará por encima de las preocupaciones del mundo, hacia un estado de serenidad y conexión con lo divino.
El concierto de Marcela Gándara en Manta promete ser un evento inolvidable, donde la música cristiana se fundirá con la belleza natural de la ciudad costera, creando un escenario de profunda espiritualidad y contemplación. Será una experiencia que iluminará los corazones de todos los presentes, como un faro de esperanza en medio de la noche.