Por: Leonel Guerrero Párraga
En el corazón de la exuberante tierra Tsáchila se despliega un escenario digno de las más cautivadoras leyendas, donde la naturaleza y la tradición bailan en armonía. La comunidad Mushily, ubicada en la vía Troncal de la Costa – vía Quevedo, ofrece una variedad de actividades turísticas.
La selva tsáchila, es un santuario mágico que acoge a los visitantes como si fueran protagonistas de un cuento ancestral. La tarde comenzaba con un sol radiante, que recibía a decenas de turistas para conocer un poco más de este lugar, “el viaje ha sido un poco largo, pero vale la pena visitar estos espacios que nutren la sabiduría del conocimiento para nosotros, me gusta la atención y lo que ofrecen en la comunidad”, declaró Valeria Ureta, turista, a lo que observaba con una mirada encantadora las artesanías de este sector.
Este pueblo indígena, cuyas raíces se entrelazan con la espesura del bosque y la armonía del ambiente, abre sus puertas a quienes desean explorar y ser partícipes de una realidad donde lo mitológico y lo cotidiano se funden en un abrazo eterno.
Con su falda de arcoíris, su cara pintada dando a denotar la fertilidad de la mujer conjuntamente con sus objetos que representan la cultura viva en ella, “el recorrido dura aproximadamente media hora, aquí le enseñamos 16 estaciones que representan nuestra cultura”, aseveró Miriam Aguavil, guía del recorrido, mientras su larga cabellera se entrelazaba con prendas de colores como un arcoíris.