Por, Jhosselyn Castro
En el palpitante entorno del amado cantón de Montecristi, los edificios han sido cabeza principal y testigo de cómo ha sido conquistada por un sin número de comercios, al mismo tiempo contribuyendo a la actividad económica de este querido pueblo. Un lugar que se convierte en lienzo para que los emprendedores pinten sus más preciados sueños.
Las calles que alguna vez fueron grises ahora han adquirido un tono empresarial, creando a su vez un panorama rico en comercio que refleja la diversidad de pensamiento y la riqueza de la innovación.
Muchas personas han tenido que escalar con muchos obstáculos en la subida para cumplir con sus sueños, como le sucedió a Selenita Palacios propietaria de bazar y papelería “Selenita”. “En la vida, hay que arriesgarse a perder o ganar. Si uno pierde de esa experiencia mala, uno aprende, y si uno gana, va a hacer las cosas mejor”, puntualizó Palacios, sus palabras al hablar eran cálidas y motivadoras a la vez.
María Quijije, ciudadana de 32 años de edad que ha vivido prácticamente toda su vida en esta ciudad, narró que cuando era más pequeña, sus padres y ella siempre viajaban los fines de semana a la ciudad de Manta para hacer compras para el hogar o que simplemente salían a pasear, pero ahora que ya tiene a su familia casi todo lo encuentra a la vuelta de la esquina.