Por: Luis Enrique Morería Alarcón
En las Canchas de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam), después de sus agotadoras jornadas académicas, un grupo de féminas estudiantes de comunicación se reúnen para jugar fútbol. Allí, el cemento se vuelve un lienzo para expresar algo más que palabras.
Las jóvenes comunicadoras, ávidas de experiencias que van más allá de las aulas, encuentran en el campo deportivo un espacio para ser ellas mismas, lejos de los cuadernos, pantallas, y pupitres entre cuatro paredes blancas. “Hacer deportes mantiene la mente ocupada y también es beneficioso para la salud, por eso nosotros elegimos hacer esto en los tiempos libres”, aseguró Gabriela Moreira, quien sin importarle que lucía un hermoso vestido fue partícipe de este encuentro futbolero.
No todo es estudiar para ellas, y en la cancha sufren una metamorfosis que se refleja en cada patada que dan, cambiando tacones por deportivos. Dania Intriago, afirma, mientras limpia sus zapatos, que esta también es una forma positiva de compartir tiempo con sus compañeras.
En el desarrollo del partido, las estudiantes demuestran que la comunicación va más allá de las palabras. En el campo de juego desaparecen las diferencias y la competitividad académica y prevalece el espíritu de trabajo en equipo. “No todo es estudiar, también debe existir momentos de sano esparcimiento”, admitió Karla Cedeño, estudiante de sexto semestre mientras calmaba la sed con un hidratante.
Mientras van tras el balón, las educandos también persiguen sus sueños profesionales. El deporte se convierte en un medio para fortalecer sus habilidades de trabajo en equipo, resistencia y perseverancia.