Por: Kerly Cevallos Pico
Las empanadas de verde son la razón de ser en los rincones de la parroquia Ayacucho del cantón Santa Ana, la tradición fluye en el sitio, cada empanada es como un pequeño paquete de historias, un pedazo de identidad de la parroquia, que se despliega en cada bocado.
Mercedes Mera, dueña de uno de los negocios de empanadas, narró que lleva años con su negocio, sabe muy bien que propios y extraños llegan en busca de lo tradicional, las empanadas son la conexión entre los lugareños y su tierra, como si cada bocado fuera un abrazo de bienvenida al corazón de la parroquia.
“El negocio es bueno los fines de semana, los turistas que regresan de los balnearios no dejan de comer las empanadas, es lo tradicional de aquí y es por lo que lo comen, hasta los propios habitantes prefieren venir a comer con la familia”, aseguró Mera cuando se encontraba abriendo su negocio en la vía principal de la parroquia.
Hernán Castro, habitante de la parroquia, aseveró que vivir en la parroquia Ayacucho es como ser un pájaro en un exuberante bosque, donde cada día se respira el aroma irresistible de las empanadas, preservar la tradición de las empanadas es el constante recordatorio de las raíces de cada uno.
“Aquí uno no se puede resistir a no comer, el olor se siente, todos los días vengo a comerme una empanada y lo bueno que es un precio accesible, además esto es lo que ayuda a que se mueva la economía de la parroquia”, detalló Castro cuando estaba sentado mientras esperaba su deseada empanada de verde.