Por: Melany Montero
En la bulliciosa Plazoleta Elio Santos de Chone, un rincón de frescura y alegría emerge entre el trajín diario. Paul Moreira, un vendedor ambulante de granizados, de 43 años, ha conquistado el paladar y el corazón de los transeúntes con su carismática carreta de colores vivos y sabores intensos.
Paul, ha convertido su carreta en un auténtico oasis en medio de la rutina. Los arcoíris de jarabes frutales brillan bajo el sol ecuatorial, y el suave zumbido de la máquina de hielo se mezcla armoniosamente con el bullicio de la plaza.
«Vengo de una familia humilde, pero siempre supe que quería ofrecer algo especial a mi comunidad y los granizados son mi forma de llevar un poco de felicidad a la vida cotidiana de las personas «, declaró Moreira, con una sonrisa contagiosa.
La carreta de Paul no es solo un puesto de refrescos; es un lienzo donde convergen la creatividad y el ingenio. Cada granizado es una obra maestra de sabores exquisitos, cuidadosamente mezcladas para crear experiencias únicas.
La Plazoleta Elio Santos se ha convertido en el epicentro de la comunidad gracias a este vendedor ambulante. Sus clientes no solo disfrutan de sus deliciosos granizados, sino que también encuentran un espacio para relajarse, socializar y escapar brevemente del ajetreo diario.
«Hay algo mágico en la forma en que Paul sirve sus granizados. Es más que un vendedor; es un alquimista que transforma ingredientes simples en momentos especiales», enfatizó Marian Vélez, una cliente habitual mientras saboreaba el granizado recién creado.